10 marzo 2008

Los grandes derrotados del 9M

De acuerdo con los datos del Ministerio del Interior el Movimiento Falangista de España (MFE) ha obtenido el apoyo de tan sólo 60 ciudadanos colocándose como el partido menos votado durante las pasadas elecciones.
Es cierto que sólo se han presentado en una circunscripción, Asturias, pero sería injusto no reconocer los méritos propios de esta formación política para encabezar por el lado de abajo la clasificación electoral. Que sus ocho candidatos sólo hayan sido capaces de captar el apoyo de unas 6,5 personas en promedio tiene un mérito enorme. No debe resultar ni mucho menos sencillo conseguir el rechazo mayoritario por parte del grupo de allegados naturales. Amigos, compañeros de trabajo, ex-parejas, clientes, proveedores habituales, suegros, nueras, novias, esposas, hijos, padres, vecinos, amantes, ... todos unidos con un objetivo común: no votar a sus conocidos que se presenten como candidatos del MFE.

Pero vencer con esas cifras requiere que, además, ésta representación política haya sido capaz de blindarse frente al error que podríamos llamar de tipo estadístico. Me explico, en Asturias votaron ayer 675.167 personas por lo que, a priori, la probabilidad de que al menos 60 votantes se confundieran al elegir su papeleta es elevada ya que supondría asumir una tasa de error en el proceso de votación de tan sólo el 0,008%.

Bajo mi punto de vista la responsabilidad de este descalabro hay que buscarla en la ejecutiva del partido que debería haber perseguido un mayor equilibrio entre unos candidatos con una indudable capacidad de liderazgo ideológico, y otros, que a pesar de contar con una menor coherencia intelectual, estuviesen mejor relacionados socialmente o que al menos hubieran podido demostrar que contaban antes de las elecciones con más de 7 amigos.