137 días, 5 continentes
Hasta el pasado jueves había conseguido pisar los cinco continentes en un intervalo de 286 días. Tras una excursión por Marruecos, he reducido esta marca personal a apenas 137 días.
El 22 de Abril salí de Montevideo tras pasar 18 días en Argentina.
El 1 de Julio llegué a Australia (Melbourne).
El 22 de Julio aparecí en Tokio
El 6 de Septiembre aterricé en Marrakech.
Durante los últimos doce meses he dormido 92 noches fuera de España (15 de ellas por motivos de trabajo). El truco: pago una hipoteca de 350 euros (por un piso de 30 metros en Lavapiés que compré en el 2001), tengo dos trabajos.
De Nueva York me quedo con una pequeña iglesia en Harlem, de Sudáfrica con su Soweto, de Munich con los Patios de Cerveza, de Ámsterdam con la sensación medio borrosa que me llevo de sus canales, de Aarhus con su jardín Botánico, de Oslo con el hielo de sus calles, de Copenhague con su fiesta, de París con sus catacumbas, de Australia con esa larga conducción por un desierto de color rojo, de Nueva Zelanda con las ovejas y la lluvia de mis antípodas, de Tokio con esa calle de Akihabara por la que caminé una tarde de domingo, de Marrakech con el caos de su Plaza.
De algún modo, visitar estos sitios en un período de tiempo reducido facilita contextualizarnos dentro de ese entorno tan diverso que nos rodea.
El 22 de Abril salí de Montevideo tras pasar 18 días en Argentina.
El 1 de Julio llegué a Australia (Melbourne).
El 22 de Julio aparecí en Tokio
El 6 de Septiembre aterricé en Marrakech.
Durante los últimos doce meses he dormido 92 noches fuera de España (15 de ellas por motivos de trabajo). El truco: pago una hipoteca de 350 euros (por un piso de 30 metros en Lavapiés que compré en el 2001), tengo dos trabajos.
De Nueva York me quedo con una pequeña iglesia en Harlem, de Sudáfrica con su Soweto, de Munich con los Patios de Cerveza, de Ámsterdam con la sensación medio borrosa que me llevo de sus canales, de Aarhus con su jardín Botánico, de Oslo con el hielo de sus calles, de Copenhague con su fiesta, de París con sus catacumbas, de Australia con esa larga conducción por un desierto de color rojo, de Nueva Zelanda con las ovejas y la lluvia de mis antípodas, de Tokio con esa calle de Akihabara por la que caminé una tarde de domingo, de Marrakech con el caos de su Plaza.
De algún modo, visitar estos sitios en un período de tiempo reducido facilita contextualizarnos dentro de ese entorno tan diverso que nos rodea.
Escrito por salitre @ 12:07
2 Comments:
Me tienes flipao con tus viajes, tío. ¿Contextualizarnos? Yo acabaría esquizofrénico perdío, y con un síndrome de Stendhal de órdago :S
A pesar de esos riesgos, sino pudiese salir de aquí de vez en cuando, ya habría acabado en alguna institución psiquiátrica esperando con impaciencia la hora esa en la que las enfermeras aparecen con un vasito de pastillas (¿pentotal sódico?).
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