11 abril 2006

Buscando algo en común

Con objeto de reflexionar sobre el sentimiento españolista he creido interesante perfilar un balance parcial de éxitos y fracasos que de algún modo pueden influir en la intensidad del deseo de pertenecer a esta nación.



Los Deportes


Ni el piragüismo ni la natación sincronizada, aquí lo que importa es el fútbol.


Y el único que ha demostrado capacidad para despertar sentimientos compartidos ha sido el de la Selección. Inventariemos lo que contienen sus vitrinas:

  1. Dos medallas olímpicas de plata (1920 y 2000).
  2. Una de oro (1992).
  3. Cuarta plaza en los mundiales de 1950.
  4. Campéon de Europa en 1964.
  5. Momento más glorioso: goleada a Malta en 1983 durante la clasificación de los campeonatos europeos.
Creo que no son necesarias valoraciones adicionales, demos pues una oportunidad al segundo deporte de masas: el baloncesto.

a) Medalla de plata en 1984.
b) Uno de sus jugadores ha sido fichado por un equipo de segunda categoria en la NBA.

En otras competiciones minoritarias como el tenis, el ciclismo, el automovilismo o el motociclismo gracias a las televisiones se está consiguiendo que segmentos cada vez más amplios de la sociedad se identifiquen con los triunfos de fenómenos como Nadal, Alonso o Pedrosa.

Sin embargo, no podemos sostener que el historial deportivo sea un factor con capacidad para impulsar la admiración hacia unos logros que puedan sentirse comunes.