15 enero 2009

Foro de economía

En épocas de prosperidad los economistas sólo servimos para dibujar gráficas. Sin embargo, cuando éstas empiezan a apuntar hacia abajo muchos se acuerdan de nosotros y comienzan a exigirnos no sólo explicaciones sino propuestas concretas para revertir de inmediato la situación. Consciente de ese reclamo, aquí van las mías.

Ciudadano víctima de la crisis y del cambio climático.

¿A medio plazo bajará la vivienda?

Técnicamente lo veo muy difícil aunque con matices. Hundir una ciudad, aunque sea solo un par de metros, tiene un coste que ni ayuntamientos como el de Madrid se podrían permitir sin recurrir a bombardeos selectivos. No obstante, cabe todavía la posibilidad que los propietarios más emprendedores opten por reducir la altura de los techos de manera que al bajar las viviendas sea viable insertar nuevos espacios habitacionales donde antes había uno solo.

Tras el desplome del IBEX en 2008 ¿debemos seguir invirtiendo en bolsa?

En el Lidl de Tirso de Molina además de las bolsas de plástico tradicionales se venden por 1€ unas fabricadas en tela. Este material, perfectamente lavable permite un transporte ambientalmente más responsable de nuestros suministros básicos. A un precio de salida tan conveniente me atrevo a pronosticar que en un plazo no superior a los 50 años la bolsa podrá ser vendida a algún coleccionista por al menos el doble de su valor actual.

¿El cambio climático tendrá alguna repercusión en nuestros bolsillos?

Los ambientalistas han exagerado mucho en este asunto. La desertificación se traducirá más tarde o más temprano en un crecimiento de la prosperidad. Cualquiera con capacidad para interpretar un mapa se habrá dado cuenta que en los países con mayores reservas de petróleo apenas se registran precipitaciones ni hay vegetación. Una vez que nuestras condiciones climáticas se asemejen a las de los desiertos de la península Arábiga, de aquí abajo comenzará a salir petróleo como para que usted y yo nos olvidemos de la extinción de algunas especies que de todas formas no estaban aportándonos nada.


¿Una mayor inversión en capital humano traerá más prosperidad?

Sin duda. Ahora más que nunca nuestra sociedad necesita el impulso de gente capacitada para traducir textos bíblicos, diseñar polímeros o resolver complejas ecuaciones para dar un servicio más eficiente a los clientes de los restaurantes de comida rápida.

¿Qué medidas son necesarias para conseguir una sociedad más igualitaria?

En el año 2009 cuesta sostener que la distribución social del patrimonio de un país guarde la más mínima relación con la capacidad de los individuos o con su escasa aversión personal al esfuerzo. Las reglas del reparto son tan poco claras que lo mejor remplazarlas cuanto antes. Como no podemos cambiar todo de golpe mi propuesta es mantener la desigualdad pero al menos haciendo que sus reglas sean menos arbitrarias. Para ello propongo que todos los ciudadanos sean forzados a intercambiar sus bienes con alguien escogido al azar.

¿Qué medidas debe tomar nuestro gobierno para reducir las tasas de inflación que tanto dañan nuestra competitividad?


La solución afortunadamente es sencilla y puede implementarse de inmediato. Como bien ha demostrado la escuela monetarista en una economía el ritmo de crecimiento de los precios es función de la cantidad de dinero en circulación y de la velocidad con la que éste cambia de manos. Es decir, la inflación crece cuando los consumidores disponen de demasiado dinero para gastar. Por ello, si queremos dejar el IPC en cifras próximas a cero será suficiente con reducir los salarios a la mitad.

¿Qué medidas son las más adecuadas para reducir el paro?

La tasa de paro mide la cantidad de individuos que aún deseando trabajar no encuentran empleo. Y es ahí mismo, en la definición, donde está la solución: nuestro gobierno debe realizar de manera urgente campañas de divulgación que desincentiven el que la gente quiera trabajar.


Por último ¿cómo debemos afrontar la crisis?

Ante todo con dignidad. Tendemos a pasar por alto que lo relevante de las magnitudes económicas no son sus valores absolutos sino los que nos permiten relacionarlos a su vez con otros valores. Es decir, que la contabilidad nacional refleje un PIB de 6 billones o de 60 no nos indica prácticamente nada, para entender las cifras necesitamos poder compararlas con algo y lo que habitualmente hacemos es referirlas a períodos anteriores. Decimos que hay crisis simplemente por que nuestro Producto Interior Bruto es menor que el de otros años. Sin embargo, este enfoque no es siempre el más adecuado para interpretar la realidad ya que nos condena a mirar continuamente al pasado.

Debemos dar más importancia a la evolución de nuestra economía no en un marco temporal sino geográfico: en vez de comparar nuestra economía con su situación hace unos años debemos hacerlo mirando hacia nuestro entorno. Por ello si la economía del resto de países lo hace peor que la nuestra no podemos seguir manteniendo la idea de que estemos en crisis. Lógicamente podemos actuar creciendo por nuestra cuenta o haciendo que el resto de países se hundan más que nosotros.

Y es aquí donde debemos centrar nuestra estrategia, en la exportación de nuestra envidiable capacidad para generar modelos de crecimiento inviables. Infiltrando a nuestros asesores en aquellos países que nos están sacando ventaja podremos hundirles en la miseria más absoluta. Si nuestro PIB cae digamos que un 3% y el de los alemanes y franceses un 18% en realidad nadie pensaría que la crisis sea algo serio.