20 abril 2006

Mi silla

Ni los Estatutos Autonómicos, ni la OPA de Gas Natural, ni siquiera la subida de precio del barril de petróleo. A mí lo que en estos momentos me preocupa es el reciente desmembramiento de la última de las cuatro sillas "Nick" que adquirí cuando me trasladé a Lavapiés. A decir verdad me produce casi tanta perplejidad esta extraña racha de rupturas como en su día lo hizo la voladura sucesiva de las lámparas halógenas de mi salón.

Mis sospechas lógicamente se centran en mis enemigos los calvos que bien podrían haber aprovechado mi tendencia a dejar la tapa del váter abierta para atentar contra mi persona. Lo primero que haré cuando acabe de escribir éste post será tirar por precaución un poco de sosa cáustica en el inodoro.


A todos esos culos que se sentaron en esta silla: no sufráis, éste lamentable accidente no quedará impune.


2 Comments:

At sáb abr 22, 12:10:00 a. m., Blogger salitre said...

Kitx, tú volcaste en la silla número 3, la que menciono aquí es la 4, la última de una serie mítica. Ahora sólo dispongo de un remplazo alternativo que para colmo es de otro color. Las dificultades que me plantea el sabotaje son sobre todo logísticas, tendré que traerlas desde el IKEA en autobús + Metro.

 
At mar may 09, 11:10:00 p. m., Blogger salitre said...

Puedo confirmar que la experiencia relatada por lavapiesano es cierta. Las causas de su caida parecen guardar relación con cierto fenómeno conocido en la literatura médica como "vibración anal espontánea". El uso continuo de dispositivos electromecánicos en la zona del esfínter es capaz de deformar su estructura muscular provocando espamos intermitentes. La frecuencia e intensidad de los mismos habrían desencadenado ondas con capacidad para desestabilizar la dañada estructura de mi silla.

 

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