Extremos
El pasado fin de semana mis botas alcanzaron el punto más septentrional en el que han estado hasta el momento: las afueras de Oslo. Este intrascendente logro ha despertado mi lado estadístico moviéndome a redefinir mis peculiares fronteras planetarias.
Norte: Oslo (Noruega): Lat.: 59º 55' N.; Long.: 10º 45' E.
Sur: Ushuaia (Argentina): Lat.: 54º 48’S.; Long.: 68º 17’O
Este: Pusan (Corea del Sur): Lat.: 35º 5’N.; Long.: 129º0’ E.
Oeste: La Habana (Cuba): Lat.: 23º 08’N.; Long.: 82º 22’ O.
A la luz de estos datos las conclusiones son obvias:
- Por muchas evidencias que señalen lo contrario, de momento no puedo sostener que existan territorios más allá de estas fronteras.
- La línea que marca el Ecuador se encuentra en realidad desplazada unos cinco grados hacia el norte y la línea del cambio de hora bastante más alejada del punto que me indicaron en el colegio.
- Puesto que he nacido muy cerca del Trópico de Capricornio e incluso conservo varias fotos que demuestran su existencia, es preciso aclarar si:
- El ángulo con el que gira el eje de la tierra respecto al sol está mal calculado.
- La Tierra se parece más a un tubérculo que a una esfera. Si esto fuera así propongo atenuar nuestro patetismo cósmico volviendo a las teorías geocéntricas.
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