11 diciembre 2006

Efectos económicos de la mutación sexual de peces en el barrio de Lavapiés

En el año 2003 la flota pesquera española era, en términos de tonelaje bruto, la cuarta más importante del planeta. Desde hace siglos nuestros barcos surcan los océanos y mares más remotos ejerciendo una influencia tan benéfica que no son pocos los que han creído ver una similitud entre éste sector y el de los taxistas.

Con la excepción de las grandes ballenas del Atlántico Sur las preferencias en las capturas se encuentran bastante diversificadas: se pesca todo lo que nade bajo el agua. Las especies más renombradas son cocinadas en los hogares pudientes, las que sólo son conocidas por su nombre científico en los menús de los polígonos industriales y toda la materia orgánica restante se transforma en barritas de merluza del “Capitán Pescanova, palitos de cangrejo "Krisia" y "Gulas del Norte".

A lo largo de los últimos años la industria pesquera ha establecido una interesante simbiosis con la militar hasta el punto de que por defender sus intereses estuvimos a un paso de declarar la guerra a Canadá (por su fletán en 1995), Noruega (archipiélago de Svalbard en 2006), Marruecos (2001), o Irlanda (desde 1991). Si bien muchos de los barcos portan banderas de países muy cotizados por los coleccionistas de filatelia, cada vez que un caladero se queda sin peces subvencionamos de manera solidaria su forzada inactividad. Por su contribución al sostenimiento de la riqueza biológica de nuestro planeta toleramos que los hombres de mar tributen en condiciones más favorables que las de un asalariado (realizan pagos fraccionados del 2% del volumen de ingresos del trimestre, excluidos las subvenciones de capital y las indemnizaciones). Para garantizar la disponibilidad en nuestros chiringuitos playeros de ejemplares aún no desarrollados, nos sacrificamos para que los pescadores puedan adquirir el combustible que consumen a precios iraníes.

En Lavapiés la situación es bien distinta: nuestras últimas estadísticas indican que el sector pesquero da empleo aquí a una única mujer. Tras efectuar pacientes observaciones en los posibles caladeros del barrio (fuentes de Argumosa y Tirso de Molina) me animo a aventurar que las capturas de esta señora tienen lugar en nuestra bien surtida red de alcantarillado.



Nuestro ecosistema urbano es rico en sustancia mutanizantes entre las que destacan los efluvios cloacales y los cadáveres en descomposición de ratas, palomas y cucarachas que durante generaciones se han nutrido con los productos de limpieza del Champions y las sobras de los minoristas bangladesíes. La más que probable invasión de peces con varios sexos tendrá un efecto positivo en el desarrollo de nuestro sector pesquero. Los subsidios con los que presumiblemente contrarrestará el Ministerio de Agricultura y Pesca provocarán un descenso en la oferta de productos marinos desplazando el equilibrio hacia unos niveles más elevados en los precios. Ese efecto podrá verse acentuado por desplazamiento en la demanda de pollo y sus derivados como consecuencia de la invitable epidemia de gripe aviar lo que forzará a los vecinos de renta más baja a sustituir el consumo de pollo enfermo por el de pescado mutante.

Considerando la posibilidad de eviscerar uno de los sexos del pez transexual es probable que el público apenas note la diferencia entre los ejemplares machos y los machos-hembra. Por todo ello es lógico esperar que a medio plazo la economía de Lavapiés experimentará una importante reactivación del sector pesquero.

Nuevas mutaciones

He comenzado la semana algo preocupado por el terrible anuncio de que ciertos ejemplares de nuestra fauna marina podrían estar experimentando una mutación sexual de consecuencias imprevisibles. Al parecer en las costas gallegas han comenzado a aparecer ejemplares hembra de caracolas con un pene milimétrico (Nucella Lapillus o caracolillas), mientras que en el Ebro y en la Sierra de Madrid nadan a sus anchas carpas machos con células femeninas. Por lo que aventuran los científicos esto podría guardar relación con el vertido de determinados componentes químicos entre los que citan al tributilo de estaño (C24H54OSn2) y las píldoras anticonceptivas.



Las mutaciones en sí no son malas, de hecho sin ellas todavía seríamos trilobites, o incluso amebas, organismos que si bien fornicaban con bastante frecuencia despedían un desagradable olor corporal. Pese a todo, resulta desconcertante que nuestra generación haya tenido que coexistir con múltiples alteraciones del núcleo mitrocondrial en un espacio tan breve de tiempo: primero fuimos testigos de la aparición de la subespecie de los calvos y ahora estamos a punto de transexualizarnos.


La acumulación de mutaciones es justamente el mayor peligro al que nos enfrentamos. Unos cuantos ictófagos irresponsables necesitarían miles de años para alterar nuestro ADN, sin embargo dada la similitud entre el pelaje de un pez y el de un calvo lo más probable es que el salto genético comience antes de lo previsto. Las mujeres deberían hacer un esfuerzo adicional para evitar compartir material genético con esos otros organismos y no estaría mal que erradicaran la, al parecer, extendida práctica de arrojar sus anticonceptivos en el mar.

Mientras escribo esto soy consciente de que ciertos sectores de la sociedad madrileña saludarán los cambios con la misma ilusión con la que nuestros hermanos del opus recibieron la noticia de la canonización de Monseñor Escrivá de Balaguer. Si nada lo remedia, su anhelo de cumplir el ciclo temporal de frustación (pelucas en el solsticio navideño) y deseo (trasvestidos en el equinoccio de carnaval) se habrá materializado de un modo que pocos hubieran imaginado hace tan sólo un par de décadas.

10 diciembre 2006

Una mierda menos

Diversas fuentes señalan que esta tarde los geólogos han registrado una subida repetina en la temperatura de los géiseres de Islandia. Lucifer encantado, ha cancelado las vacaciones de su colega Caronte quien tras recibir a su nuevo huésped ha señalado: ¡ya era hora!. Don Augusto, espero que haya tomado la precaución de llevarse bronceador por que me da que allí abajo va a pasar un poco de calor.

04 diciembre 2006

Incertidumbre biológica

Hasta la fecha ningún organismo oficial se ha tomado la molestia de confirmar por escrito mi presunta pertenencia a la especie Homo Sapiens. Resulta frustrante tener que depender de un complejo proceso de fosilización para que los taxonomistas del futuro se pronuncien de una vez sobre este oscuro asunto. Como es natural, una vez asoma su nariz la incertidumbre biológica, nuevas y más complejas dudas la siguen.

Los Sapiens no siempre han disfrutado de la exclusividad del género Homo; muchos y diversos proyectos se han ido quedando en los estratos más profundos de los suelos arcillosos. De todos ellos, uno en particular me desconcierta: el Homo Neanderthalensis. En términos evolutivos los 28.000 años que han transcurrido desde su extinción son casi despreciables: nuestros antepasados coexistieron durante muchos más años (170.000) con esos otros individuos pero carecemos de sus testimonios. El motivo de mis desvelos es en este caso muy preciso: ¿qué ocurriría si mañana volviéramos a encontrarnos cara a cara en una remota selva?...

Ahora que aún podemos pensar sin tener que recurrir a las editoriales de los periódicos, debemos decidir que postura adoptar ¿Los meteríamos en zoos, o los sentaríamos en nuestras mesas? ¿Permitiríamos que la industria cosmética experimente con ellos sus nuevos milagros contra las patas de gallo? ¿Les dejaríamos sitio en nuestro cielo? ¿Tributarían? Y lo más importante, dada su proximidad genética ¿sería admisible que mantuviéramos relaciones sexuales con ellos?

01 diciembre 2006

Fabricantes de levadura

El pasado 22 de Septiembre, la Asociación General de Fabricantes de Levadura de Panificación acordó, en asamblea general extraordinaria, disolverse. En esos días lo primero que pensé es que la Dirección General de Trabajo no tardaría en tomar las medidas necesarias para dejar sin efectos esta polémica medida. Sin embargo, al poco de levantarme esta mañana mis esperanzas se han venido abajo; ayer contra todo pronóstico se publicó en el BOE el veredicto favorable de nuestras instituciones.

Ahora ya sólo queda resignarse; dentro de unos días, quizás horas, todos acabaremos integrados en esta Asociación que comenzará a crecer y a crecer siguiendo una curva exponencial como cualquier imbécil puede prever que ocurre cuando se deja disolver algo a los fabricantes de levadura. En fin, espero que cuando nos toque comprar el dichoso roscón de reyes, nos hagan algún descuento.